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domingo, 26 de abril de 2020


Una trascendental ceremonia olvidada:
LA FORMACIÓN Y PARTIDA DE LA EXPEDICIÓN DE ARENALES
DESDE LA PLAZA DE ARMAS DE PISCO.

En tiempos del coronavirus, cumpliendo estrictamente la cuarentena establecida, atrincherados en nuestros hogares, y en el año frustrado del Bicentenario de la Independencia de nuestra región; tenemos el tiempo suficiente para repasar y redescubrir acontecimientos históricos, relegados al olvido, por una gran mayoría de historiadores peruanos y extranjeros; que minimizaron el decisivo aporte logístico de los pueblos peruanos de Chincha, Pisco, Ica, Palpa y Nasca, que hoy conforman la Región Ica.

Las nuevas generaciones deben conocer y revalorar todos los detalles de nuestra historia regional, reconocer y revalorar la acción patriótica de nuestros héroes, y reconocer y revalorar los escenarios históricos, en donde se desarrollaron las operaciones militares de la Guerra de la Independencia, desde el 8 de setiembre de 1820, hasta el 9 de diciembre de 1824; guerra que se realizó para liberarnos del yugo impuesto por el Virreynato español, durante trescientos años, y lograr la creación de la nueva República del Perú. 

El objetivo es apoyar a nuestros hijos, para que conozcan la historia de su región, de su Patria; y, contribuir con el fortalecimiento de su IDENTIDAD, su AUTOESTIMA, su PERSONALIDAD y su  LIDERAZGO.

Resumen:
Entre los días 3, 4 y 5 de octubre del año 1820, el E   jército Libertador del general argentino don José de San Martín, se preparó para iniciar la primera campaña de penetración a la sierra; siendo el primer destino, la ciudad de Ica, en manos de una división del ejército realista. Más de cuatro mil soldados veteranos, entre argentinos y chilenos, acostumbrados a enfrentarse a los ejércitos realistas, acostumbrados al combate cuerpo a cuerpo, vencedores en sus respectivos países; estaban acantonados en la ciudad de Pisco y en las haciendas cercanas. Asimismo, miles de peruanos, entre negros esclavos, indios, mestizos y criollos, pugnaban por enrolarse a las fuerzas patriotas.

Presentamos los detalles de estos hechos históricos, cuyo punto culminante fue la ceremonia de formación y partida de la Expedición de la Sierra, al mando del veterano militar argentino, coronel mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales, quien recibió la bandera de guerra de manos del Libertador San Martín, a las once de la mañana, de aquél lejano 5 de octubre del año 1820, en la plaza de armas de Pisco; la puerta de la Libertad y de la Independencia.

1.    EL PRIMER DESEMBARCO
DESEMBARCO DEL EJÉRCITO LIBERTADOR EN PISCO

Listos todos los preparativos, la expedición libertadora comandada por San Martín zarpó del puerto de Valparaíso el 20 de agosto de 1820. Según palabras del propio San Martín, se emprendía "la grande obra de dar libertad al Perú". Se abría "la campaña más memorable de nuestra revolución y cuyo resultado aguarda el mundo, para declararnos rebeldes, si somos vencidos o reconocer nuestros derechos, si triunfamos".
El ejército libertador del Perú componíase en total de un poco más de cuatro mil hombres, de los cuales poco más de tres mil pertenecían a la infantería, más de seiscientos a la caballería y más de 400 a la artillería. Consignamos de esta manera los efectivos, teniendo en cuenta que suele encontrarse algunas diferencias, basados en fuentes diversas que no concuerdan con exactitud estos datos(1) Según documentos de la época que reproducimos, el total de efectivos llegaba a 4365, incluyendo en este número a la tropa, a los oficiales y a la plana mayor. Los efectivos de la artillería sumaban 2145, los de infantería 1525 y los de caballería 695. (ver cuadros)
El ejército libertador del Perú estaba conformado por dos divisiones: la de los Andes y la de Chile.
La de los Andes estaba conformada por las siguientes divisiones:
Batallón de artillería de los Andes N° 7
Batallón de artillería de los Andes N° 8
Batallón de artillería de los Andes N° 11
Granaderos de a caballo de los Andes
Cazadores de a caballo de los Andes
La división de Chile estaba integrada por los siguientes cuerpos:
Batallón de artillería N° 2 de Chile
Batallón de artillería N° 4 de Chile
Batallón de artillería N° 5 de Chile
Batallón de artillería N° 6 de Chile
Batallón N° 2 de Dragones de Chile.
Del total de jefes de cada uno de estos cuerpos, siete eran rioplatenses y cinco chilenos. La división de los Andes solo estaba comandada por argentinos, mientras que la división de Chile tenía al rioplatense Larrazával como jefe del batallón de artillería N° 5.
En cuanto al Cuartel General, a las Secretarías y al Estado Mayor, la siguiente era su conformación, según datos consignados por Jerónimo Espejo:
Cuartel general:
Jefe de la expedición, el Excelentísimo Señor Capitán General Don José de San Martín.
Generales de División, Coroneles Mayores don Juan Antonio Álvarez y don Toribio Luzuriaga.
Secretario de guerra y auditor, Teniente Coronel don Bernardo Monteagudo.
Secretario de Gobierno, don Juan García del Río.
Secretario de Hacienda, don Dionisio Vizcarra.
Auditor General de Marina, don ANTONIO Álvarez De Jonte.
Oficial 1° de Secretaría, capitán don Salvador Iglesias.
Edecanes de su Excelencia. Coroneles don Tomás Guido y don Diego Paroissien, capitán don José Caparrós y teniente 2° don José Arenales.
Estado Mayor:
Jefe de Estado Mayor General, Coronel Mayor Juan Gregorio de las Heras.
Ayudante comandante general, coronel don Juan Paz del castillo.
Ayudantes primeros, tenientes coroneles don Manuel Rojas y don José María Aguirre, teniente coronel graduado sargento mayor don Juan José Quesada, sargentos mayores don Francisco de Sales Guillermo y don Luciano Cuenca.
Ayudantes segundos, capitán don Juan Agüero y capitán de ingenieros don Clemente Altahaus.
Ayudantes terceros, ayudantes mayores don francisco Javier Medina, don Ventura Alegre y don Eugenio Garzón; tenientes segundos, don Jerónimo Espejo, don Pedro Nolasco Álvarez Condarco y don Juan Alberto Gutiérrez; subteniente de ingenieros don Carlos Wooth.
Cuerpo médico, dirujano mayor el coronel Paroissien, cirujano de primera clase don Miguel Stapleton Grawley, cirujano de primera clase fray Antonio de San Alberto.
Intendente del ejército, intendente general don Juan Gregorio Lemos, contador don Valeriano García, oficial 1° don Santos Figueroa, oficial 2° don Alejo de Junco.
Comandante del parque, capitán de artillería don Luis Beltrán.
La escuadra, al mando de Lord Tomás Alejandro Cochrane, estaba conformada por ocho navíos y 16 transportes.
Escuadra Libertadora del Perú
(20 de agosto de 1820)
Comandante en Jefe de las Fuerzas Terrestres y navales: Capitán General don José de San Martín.
Navíos
Comandantes
San Martín
Guillermo Wilkinson
O’Higgins
Tomás Grosbie
Lautaro
Martín J. Guise
Independencia
Roberto Forster
Galvarino
Juan Spry
Araucano
Tomás Carter
Pueyrredón
Guillermo Prunnier
Moctezuma
Jorge Young
Transportes
Pablo Delano

Transportes: Dolores, Gaditana, Consecuencia, Emprendedora, Santa Rosa, Águila, Mackenna, Perla, Teresana, Peruana, Golondrina, Minerva, Libertad, Argentina, Hércules, Potrillo.
Toneladas: 7178
El Pueyrredón salió antes que la expedición, conduciendo desterrados políticos a la costa del Chocó y de regreso se unió a la Escuadra. La Chacabuco quedó al servicio de las costas de Chile, al mando de Tortel. (1)


2.   PERUANOS QUE LLEGARON CON LA EXPEDICIÓN  LIBERTADORA

El día 13 de agosto de 1820, en el  cuartel general de San Martín, en Valparaíso – Chile; circuló en las tropas  de la denominada “Expedición Libertadora del Perú”, la orden de embarque, la cual fue recibida con verdadero júbilo.

Del total general de tropa, eran argentinos 2,313 y sólo 1,805 chilenos, y en cuanto a los jefes de las unidades, con excepción de tres de esta nacionalidad, todos eran compatriotas del generalísimo.

En el cuartel general, la proporción era idéntica, cabiéndole al Perú el honor de contar un digno representante en el ex – gobernador de Cuyo, coronel mayor ( general de división) don Toribio de Luzurriaga, así como, entre otros , los preclaros  nombres de: Francisco Vidal,  Toribio Luzurriaga,  Remigio Silva, Andrés Reyes, Juan Franco, Cayetano Requena, Pedro José Cornejo, Juan Iladoy, Agustín Lerzundi, Juan Velazco y N. Turgay, quienes desembarcaron en Paracas trayendo en sus manos la espada redentora de la patria peruana, orgullosa  de haberles servido de cuna (2).

3.   PERUANOS ALISTADOS EN EL EJÉRCITO LIBERTADOR
EN PISCO

La Patria surgió cuando la florida juventud iqueña, fugándose del engreimiento de sus hogares, se presentó en Pisco, al cuartel general de San Martín a ofrecer su esfuerzo y su vida por la vida del  Perú naciente, y fue tanto su valor y tal su pujanza moral, que todos llegaron a ser militares gloriosos; los Generales Juan Pablo Fernandini, mártir de la unida peruana; el General Baltazar Caravedo, Fermín del Castillo, prócer de la gloriosa Nasca; los Coroneles Francisco de Paula Cabrera, organizador del primer regimiento de caballería patriota; Antonio Elejalde, primera lanza en el combate de Junín; en fin toda una pléyade de próceres, que al lado de los Huasasquiches, Chacaltanas, Mayautes y otros tantos indígenas, llegaron a ser jefes de alta reputación en los primeros ejércitos nacionales, para fundar la Patria sobre los campos de batalla (3).

(

La estada de San  Martín  en la región de Pisco, no sólo fue útil por lo apuntado. Además del éxito militar, político y moral, así  como del acopio e incremento  de hombres, material y ganado,  permitió a muchos y muy distinguidos peruanos satisfacer su noble anhelo de alistarse en las filas revolucionarias para convertir en hechos sus ideas de libertad.
Como un homenaje a sus méritos, estimamos tributo de admiración y gratitud patriótica, citar sus nombres: José María de la Fuente y Messia, marqués de San Miguel,  nombrado coronel y ayudante del general San Martín; Isidoro, Lorenzo y Baltasar Caravedo, Manuel Jorge Bustamante, Juan José Loyola, Francisco de Paula Cabrera, Antonio Elejalde, Melchor Valle, Manuel de Odriozola,, Joaquín Bardales, Juan de D. Arnao, Pablo Farfán, Santiago Gómez, Manuel Revilla, Rafael y José Santos Lévano. (2)

4.     EL LIBERTADOR SAN MARTÍN EN PISCO

Seguimos con entusiasmo, a uno de los pocos historiadores peruanos que se preocuparon por investigar y resaltar el apoyo y la participación de los chinchanos, pisqueños, iqueños, palpeños y nasqueños; en la Guerra de la Independencia.

En el número 3 de la Revista del Instituto Sanmartiniano del Perú, publicada en el mes de mayo de 1936, el historiador Dr. Germán Leguía y Martínez, narra lo siguiente:

“Lo primero que el redentor de Chile hizo al presentarse frente a las playas de Paracas fue – como era urgente y natural – dirigirse a los habitantes del Perú, “anunciándoles su arribo y el de la expedición libertadora; manifestándoles el propósito de ésta; desvirtuando la propaganda de los realistas, sustentada en la inutilidad  de una guerra sucesora, cuando los derechos, garantías y libertades que ésta pudiera perseguir, estaban ya, decían, obtenidos en la constitución próxima a jurarse de 1812; y expresando su confianza en que, contando como esperaba contar, con la ayuda y la decisión del pueblo peruano, sería cosa fácil y pronta la reposición de la personería y de la dignidad soberanas del Perú. Esa proclama, impresa a bordo, en la tipografía del ejército; escrita por Monteagudo, y lanzada en tierra a una profusa circulación, con la data del 8 de setiembre (fecha del primero de los desembarcos) – decía de este modo:

“Compatriotas.- La Nación española al fin ha recibido el impulso irresistible de las luces del siglo. Ha conocido que sus leyes eran insuficientes para hacerla feliz, y que, en sus antiguas instituciones, no podía encontrar ninguna garantía contra los abusos del poder…””…Yo he sabido, después de mi salida de Valparaíso, que el Virrey del Perú, ha mandado jurar también la constitución (1), y que se ha abolido en Lima el Tribunal del Santo Oficio”.

Declaró, seguidamente, en decreto especial, que las autoridades españolas, “aunque cesantes de hecho en todos los puntos ocupados por las armas de la Patria, podrían continuar en el ejercicio de sus funciones, interín resolviérase sobre su destino, en vista de su conducta” (2).

Más adelante Leguía y Martínez continúa el relato de la primera proclama de San Martín, en Pisco:

“El último virrey del Perú hace esfuerzos para prolongar su decrépita autoridad halagando vuestras esperanzas con una constitución extranjera, que os defrauda el derecho representativo en que en ella misma se funda, y que no tiene la menor analogía con vuestros intereses”.

“El tiempo de la impostura y del engaño, de la opresión y de la fuerza, está ya lejos de nosotros, y sólo existe en la historia de las calamidades pasadas”.

“Yo vengo a acabar de poner término a ésa época de dolor y humillación. Este es el voto del Ejército Libertador, que tengo la gloria de mandar, y que me ha acompañado siempre al campo de batalla, ansioso de sellar con su sangre la libertad del Nuevo Mundo”.

“Fiad en mi palabra, y en la resolución de los bravos que me siguen; así como yo fío en los sentimientos y energías del pueblo peruano”.

“Cuartel general del Ejército Libertador, en Pisco, setiembre 8 de 1820 .- Primer día de la libertad del Perú.- SAN MARTÍN”.  

5.    PROCLAMA AL EJÉRCITO LIBERTADOR

Y por fin habló a su ejército:

“Soldados del Ejército Libertador. Ya hemos llegado al lugar de nuestro destino, y solo falta que el valor consume la obra de la constancia; pero acordaos de que vuestro deber es consolar a la América; y de que no venía a hacer conquistas, sino a libertar a los pueblos que han gemido trescientos años bajo este bárbaro derecho. Los peruanos son nuestros hermanos y amigos: abrazadlos como a tales, y respetad sus derechos, como respetásteis los de los chilenos después de la batalla de Chabuco”.

“La ferocidad y la violencia son crímenes que no conocen los soldados de la libertad

“1º. Todo el que robe o tome por violencia de dos reales para arriba, será pasado por las armas, previo el proceso verbal que está mandado observar en el ejército”.

“2º. Todo el que derrame una gota de sangre fuera del campo de batalla, será castigado con la pena del talión”.

“3º. Todo insulto contra los habitantes del país, sean europeos o americanos, será castigado hasta con la pena de la vida, según la gravedad de las circunstancias”.

4º. Todo exceso que ataque la moral pública, o las costumbres del país, será castigado en los mismos términos que previene el artículo anterior”.

“Soldados: Acordaos de que toda la América os contempla en el momento actual, y de que sus grandes esperanzas dependen de que acreditéis la humanidad, el coraje y el honor que os han distinguido siempre, dondequiera que los oprimidos han implorado vuestro auxilio contra los opresores. El mundo envidiará vuestro destino, si observáis la misma conducta que hasta aquí; ¡pero, desgraciado el que quebrante sus deberes y sirva de escándalo a sus compañeros de armas! Yo lo castigaré de un modo horrible, y él desaparecerá de nosotros con oprobio e ignominia!”(3).

6.    EL PODERÍO DE LA HACIENDA CAUCATO

El 13 se organizó y salió a las 9 h.a.m., camino del norte, la división de vanguardia. Componíase del batallón No. 5 de Chile y de cincuenta granaderos de a caballo (6). Su jefe era el coronel mayor Álvarez de Arenales; y su destino la hacienda de Caucato; fundo, como ya se dijo, perteneciente al español D. Fernando del Mazo, y ubicado, al setentrión de Pisco sobre el camino costanero que conduce de esa villa a la Capital.

Los patriotas encontraron en Caucato dos mil panes de azúcar, muchos otros productos y mil quinientos esclavos negros “de ambos sexos y de todas edades”. Los varones casi en su totalidad, presentáronse voluntarios en las filas independientes.

Tomados por Arenales todos los pormenores posibles acerca de los fundos vecinos, su topografía, capitales y mantenimientos, despachó, en todas direcciones, partidas de caballería, encargadas de recolectar bestias y ganados con que montar bien a las tropas y darles la carne fresca de que carecían, en reemplazo de las ya odiosas y escasas chalonas y charquis traídos desde Valparaíso.

La requisa fue considerable, y más que todo, absolutamente voluntaria. A los ocho días, dice el testigo ocular antes aludido, estaban bien montados todos los oficiales del ejército y todos los soldados de caballería patriota así como los edecanes y ayudantes del cuartel general y del Estado Mayor.

Las partidas avanzaron a las dos Chinchas, Alta y Baja, con los mismos o mejores resultados.

El 14, con el parte resumen de “sin novedad”, expedido desde Caucato por el vencedor de La Florida, llegaron nutridas caballadas, constituidas por los entonces inmejorables bridones “de paso” de la costa del Perú, con más de ochocientas reses, mil carneros y cincuenta espléndidas bestias mulares.

En la propia fecha, para ratificación de los reconocimientos anteriores, de un lado, y a fin de prevenir posibles sorpresas de otro, partieron a la caída de la tarde, Juan Lavalle y Félix Aldao, con sendas columnas de granaderos montados argentinos (una y otra de veinticinco hombres), a recorrer cuidadosamente los dos caminos reales trazados del puerto de Ica en sentido S.O. y de una extensión de dieciocho leguas (más o menos) cada uno.

Dos partidas del regimiento de granaderos de a caballo salieron el 12 hacia oriente, o sea en la dirección de Ica, en pos de reconocer la situación del adversario. Pronto llegó la primera, anunciando que Quimper y sus cosacos habían proseguido marcha a la referida ciudad donde según todos los indicios deberían detenerse.

7.    EL SEGUNDO DESEMBARCO:
LA FRAGATA “SANTA ROSA” ALIAS “LIBERTAD”

Los días 14 y 15 de setiembre señaláronse por la producción de tres acontecimientos extraordinarios. Fue el primero la aparición en Pisco de la fragata “Santa Rosa”, alias “Libertad” perdida y ansiosamente aguardada desde el 3, y en cuyo casco eran conducidos, al cuidado y a las órdenes de Miller, dos compañías del batallón argentino No. 8, otras tantas de la artillería de ls Andes. Había llegado del puerto al curtel general, un parte con el anuncio, e incontinente alegría rompió risueña en todos los corazones (7). Se le mandó fondear en Paracas, con los otros buques, y allí proceder al desembarco de su preciosa carga. Era porque los elementos necesarios para la operación, se encontraban todavía en esa ya denominada “bahía de la Independencia”. (8)

8.    EL COMISIONADO DEL VIRREY PEZUELA

El segundo suceso extraordinario, fue la presentación en el campo, de un comisionado de Pezuela. A las once y media de la mañana del mismo 14 (9), se avisó desde Caucato, el arribo de dicho parlamentario, conductor de importantes pliegos, que estaba encargado de entregar al general en jefe independiente, según instrucciones, “en la propia mano”. Déjale Arenales seguir, pero vendado entre competente escolta. Una hora más tarde es presentado a San Martín. Es un joven alférez del regimiento hispano de Húsares de la Guardia, andaluz genuino, móvil, alegre, decidor, y como apunta Espejo, “mozo muy despierto y de carácter festivo”.

Se llama Cleto Escudero. Desde el primer instante se hace blanco de todas las simpatías. San Martín le da alojamiento en su propia casa, y encomienda a su edecán, el capitán don José Caparrós (peninsular también), la misión de cuidarlo y atenderlo, pero “sin perderlo de vista un solo instante”. Comprende bien el astuto generalísimo que la comisión ostensible del enviado envuelve forzosamente otra secreta, interesantísima para el virrey; cual es la de calcular, así fuera a ojo de buen cubero, el efectivo mínimo y los recursos aproximados de que dispone el ejército invasor.

9.    LAS BANDAS DE MÚSICA DE SAN MARTÍN

Cuenta el testigo ocular antes citado, que para burlar ese objetivo, oculto, pero “indudable”, San Martín ordena que, en la noche, así en la plaza mayor como a la puerta de todos los cuarteles, se dé la retreta reglamentaria por mayor número de bandas que de cuerpos: aquí, a la par, música y cajas; allí, cajas y pífanos; allá, cajas y cornetas; acullá cornetas solas, etc.

Observan los patriotas que Escudero, a la disimulada, lleva cuenta de esa exagerada serie de marciales armonías, surgentes en multiplicados momentos y lugares.- “Cuántas bandas a todo esto tienen? – pregunta, al fin (ya incapaz de contenerse), Escudero a Caparrós – “Veinte”….y ustedes?- repregunta a su vez el edecán patriota.- “Cincuenta, con la de la catedral”…la andaluzada del salado alférez es, en el nutrido grupo de oficiales independientes que le rodea, recibida con una carcajada sonora y general.

10. LORD COCHRANE PERSIGUE A DOS FRAGATAS ESPAÑOLAS

El tercer suceso extraordinario a que nos hemos referido, es la intempestiva inimaginadora aparición de buques enemigos (15 de setiembre). Sábese después que son la fragata “Venganza” y la corbeta “Sebastiana”; uno y otro de guerra, que, noticiosos del aislamiento de la “Santa Rosa”, han proyectado hacerla buena presa. Son las doce del día cuando esos barcos, a primera vista sospechosos, comparecen en la curva lejana terminal del horizonte. Todo es verlos, y dar Cochrane la orden de salida en su persecución. Se efectúa esta y comienza la caza. Va con el bravo marino la flota entera excepto la “Santa Rosa” que ya se halla largando a tierra las fuerzas y los elementos de que ha sido tardía conductora. A las tres de la tarde la escuadra patriota se pierde a los ojos de quienes observan sus movimientos. A las diez de la noche se escucha un cañoneo, aunque momentáneo. Un centinela no ha contado sino cinco disparos. La persistente  persecución se prolonga pero falla, porque la fuga de las embarcaciones realistas halla fácil oportunidad y protección en las tinieblas, a cuyo amparo amigo fondea en sus aconchamientos del Callao.

11.            INICIO DE LAS CONFERENCIAS DE MIRAFLORES

Al mediodía del 15, San Martín extiende el nombramiento de los diputados que, correspondiendo a la invitación de negociaciones y arreglos de paz traída por Escudero, se trasladan a Lima o sus cercanías, a trabar conferencias en tal sentido con los representantes de Pezuela. Esos diputados son: el llamado secretario de gobierno en campaña, Juan García del Río; y el primer ayudante de campo, del general en jefe, entonces coronel, Don Tomás Guido.

Inmediatamente alístanse los elegidos para el viaje. Este debe emprenderse el mismo día; pero, por circunstancias que se explican en su lugar, no tiene efecto hasta el 19 de setiembre.

A las once de la mañana del 16, la fragata “Santa Rosa” termina su tarea; y las fuerzas desembarcadas en el abra de la Independencia, rompiendo la marcha con la fresca de la tarde, reincorpórase esa noche, entre la universal alegría, en el grueso del ejército que acantona en Pisco, lugar en donde los esperan cuartel y ranchos confortables. La escuadra ha reingresado hacia el mediodía tras una travesía larga, y, más que nada infructuosa.

12.            SAN MARTÍN EN CHINCHA

Después de la revista que, a las cinco de la tarde del 21, hace practicar de las fuerzas existentes en el cuartel general (11), por el jefe de E.M. del Ejército Unido (12), manda San Martín, el 22, que el regimiento de granaderos a caballo, con su jefe coronel don Rudecindo Alvarado a la cabeza, avance de Caucato a las dos Chinchas, Alta y Baja, hecho lo cual pónese en viaje el 23, a esos dos puntos, para estudiar el terreno por sí mismo y calcular las necesarias operaciones que en aquél pueden pronto desarrollarse. Acompáñanle sus edecanes, ayudantes, ingenieros y una pequeña escolta.

Practicados los estudios convenientes vuelve a Pisco en la noche del 24 “complacido y satisfecho del espíritu patriótico y entusiasta” de los habitantes de la región “que con vehemencia represéntanle las vejaciones y violencias que les han inferido las tropas y autoridades realistas al retirarse” (13).

13.            FRACASO DE LAS CONFERENCIAS DE MIRAFLORES

Llega aquel pacto de armisticio al cuartel general el 29, conducido por el ayudante don José Arenales que, como se dijo, partiera con Guido y García del Río; representantes que, rotas las conferencias dirigidas a la celebración de una paz estable, reconstitúyense en Pisco, a las 7 de la noche del 4 de octubre (15).

Precisamente, aquel día es el último de los ocho a que extiéndese la tregua ajustada; y, en consecuencia, el campamento imagínase gozoso, que ha llegado el ansiado momento, de barrer con los dominadores del suelo, y de reafirmar, con la redención del Perú, la causa genérica de la independencia americana.

Hasta entonces (29 de setiembre a 3 de octubre) nada se ha tenido de notable; a no ser la noticia, recibida el 1º. de la conjuración de Lavín en Arequipa; la llegada de una embarcación, con víveres, de Valparaíso; y el viaje del general en jefe a Paracas, primero (30 de setiembre), y a Caucato después (2 de octubre) en preparación de las operaciones que dice proyectar.

14.            MOVIMIENTO DE TROPAS EN LA HACIENDA CAUCATO

El día 2 de octubre, en efecto, prodúcese en el acantonamiento de Caucato, un movimiento inusitado, precursor de acontecimientos extraordinarios. Arenales y la división de vanguardia han recibido mandato perentorio de “alistarse para emprender marcha al primer aviso” y todo es, pues, actividad, satisfacción, ruido y alegría, entre los patriotas acampados en la hacienda del Mazo. Ese aviso se imparte el 3, fecha en que, hacia la tarde el héroe de La Florida y sus escasas pero valientes tropas, vencen las dos arenosas leguas que se extienden entre Caucato y Pisco, y penetran marciales y animosas en el cuartel general. Dase aquella misma noche, en las oficinas de éste último organización conveniente y definitiva a la división que, desde aquél día, empieza a denominarse “de la Sierra” (organización que detallaremos en su lugar); y comunicase a su jefe el día 4, la orden del partir el 5.

15.            200 AÑOS DESPUÉS: LA CEREMONIA OLVIDADA

Continúa el Dr. Germán Leguía y Martínez:

“En la madrugada de esta última fecha (5 de octubre de 1820), según Espejo, o a las once de la mañana conforme al “Diario de operaciones” tantas veces citado, la división saliente forma en la plaza de armas del pueblo con sus mil ciento treinta y ocho plazas; y, después de recibir una bandera de manos propias de San Martín, que exige la solemne promesa de honor, habitual en estos casos y de ser proclamado en forma entusiasta por su jefe, rompe camino sobre Ica e inicia la que históricamente se conoce con el nombre de primera “campaña de penetración de Arenales”, tan dichosamente llevada a término, aunque táctica y estratégicamente condenable; y campaña en que llévanse a efecto, en medio y a pesar de su peligroso aislamiento y temeraria evolución, proezas de las que extensamente daremos cuenta en capítulo separado.

No el innoble sentimiento de la envidia, pero sí el de la tristeza o del descontento, imperan, entre tanto, en el espíritu de los expedicionarios que quedan en Pisco, al ver alejarse a aquellos compañeros, por cierto más felices, que al fin encuentran ocasión de ilustrar su existencia y su nombre con nuevas hazañas. Tales tristeza y descontento acentúanse y hácense tanto más justificados, cuanto que en el transcurso de los subsiguientes días, deslízanse las horas en la misma plena e insoportable inmovilidad”.

El que suscribe, autor de éste modesto artículo, imagina, recrea, visualiza; la escenificación de estas dos trascendentales e históricas ceremonias cívico militares, que se hubiesen realizado en el presente año:

3 de octubre 2020
Actividad Oficial:
Ceremonia de Izamiento de la Primera Bandera del Perú creada por San Martín, Izamiento del actual del Pabellón Nacional y Desfile Cívico Militar

Motivo: Homenaje al Ejército Libertador – División Expedición de la Sierra y al Coronel Mayor Juan Antonio Álvarez de Arenales.
Lugar: Hacienda Caucato – Pisco
Hora: 10:00 am
Organiza: Municipalidad Distrital de San Clemente
Participación: Autoridades nacionales, regionales, locales y autoridades de Argentina y Chile, Instituciones Educativas, Instituciones públicas y privadas y la Asociación de Cabalgantes del Caballo Peruano de Paso.

5 de octubre 2020
Actividad Oficial:
Ceremonia de Izamiento de la Primera Bandera del Perú creada por San Martín, Izamiento del actual del Pabellón Nacional y Desfile Cívico Militar

Motivo: Homenaje al Ejército Libertador, a la División Expedición de la Sierra y al General José de San Martín.
Lugar: Plaza de Armas de Pisco
Hora: 10:00 am
Organiza: Municipalidad Provincial de Pisco
Participación: Autoridades nacionales, regionales, locales y autoridades de Argentina y Chile, Instituciones Educativas, Instituciones públicas y privadas y la Asociación de Cabalgantes del Caballo Peruano de Paso.

Tenemos la esperanza que éstos proyectos se realicen, en éste año; pero si no fuera así, ante el flagelo del coronavirus; que estas actividades se realicen el próximo año, en mejores condiciones. 

16.            LA ORDEN DE OPERACIONES DE LA EXPEDICIÓN DE LA SIERRA

En cuanto a los fines y objetivos de esta expedición ella estaba destinada a ganarse a la causa patriota a los pueblos del centro del Perú, haciéndose todo lo posible para que proclamasen su independencia y estableciesen sus propias autoridades. También se llevaría a cabo la formación de partidas guerrilleras, que tan importante papel jugarían posteriormente. Con fecha 4 de octubre y desde su cuartel general en Pisco, San Martín suscribió unas Instrucciones para Álvarez de Arenales. Transcribimos las citadas Instrucciones, porque nos permiten una mejor comprensión de lo que significaría esta campaña militar.

"A las virtudes militares y cívicas del coronel mayor don Juan Antonio Álvarez de Arenales se le confía la expedición de la sierra.
Poco me extenderé en los detalles de estas instrucciones, cuando estoy persuadido que la prudencia y tino lo preserva todo y solo me referiré a lo más preciso, en lo siguiente:

1° Queda facultado para nombrar gobernador, intendente y demás empleados de las provincias que ocupe a nombre del supremo gobierno que se nombre en el Perú.
2° Lo más pronto que le sea dable se internará en la sierra con su división para penetrar en Huancavelica, pueblo grande y de recursos en donde dicha división puede aumentar su fuerza; de Huancavelica puede marchar a Jauja que no dista más de 30 o 40 leguas. Todo ese país ofrece grandes recursos de víveres y transporte.
3° Siendo Jauja el punto central para dirigir cualesquiera empresa sobre Lima y ponerse por el norte en comunicación con el ejército, deberá preferir este para cuartel general de toda la división a fin de fomentar el sistema en todas las provincias inmediatas cubriendo todas las avenidas de las sierras hacia Lima.
4° Un destacamento tomará posesión del pueblo de Trama, abundante en recursos.
5° Un corto destacamento sobre Huamanga sería conveniente.
6° Luego que desembarque el ejército por el norte le remitiré todos losa avisos que me sean posible para que sepa el punto en que ha desembarcado y movimiento que haré por la sierra para unirse a su división.
A pesar de las presentes instrucciones, el coronel Arenales está facultado para variarlas, en el supuesto que por este le concedo carta blanca para sus operaciones.

Cuartel General en Pisco, 4 de octubre de 1820
José de San Martín

Como se puede apreciar por la lectura de estas Instrucciones, ellas eran muy generales y dejaba a Álvarez de Arenales todo el peso no solo de su dirección sino de los fines y objetivos a conseguirse y los medios a través de los cuales ellos sería logrados. Verdadera carta blanca era la que en verdad se le otorgaba y de allí el reconocimiento que siempre ha merecido Arenales por esta trascendental campaña. Muy sucintamente la reseñaremos, aunque reservando para el siguiente capítulo lo concerniente a la independencia de los pueblos de la zona central del Perú, conseguida justamente como consecuencia de esta campaña.
Las fuerzas de Arenales emprendieron campaña el 5 de octubre, marchando con dirección hacia Ica (I).


17.  EL JEFE DE LA EXPEDICIÓN DE LA SIERRA:
ARENALES, EL VENCEDOR DE LA FLORIDA
La batalla de Florida o batalla de La Florida fue un enfrentamiento armado que se libró el 25 de mayo de 1814, en el pueblo de Florida (en la actual Tercera Sección de la Provincia Cordillera en el Departamento de Santa Cruz) y los márgenes del río Piraí, en la zona del chaco boliviano y fue una importante victoria de los patriotas sobre los realistas, ya que después de ésta, los primeros reafirmaron su gobierno en Santa Cruz de la Sierra y las Provincias Unidas del Río de la Plata pudieron conservar su proceso emancipador.
La principal calle peatonal de Buenos Aires lleva el nombre de Florida en su homenaje que comandaron en conjunto los entonces coroneles Ignacio Warnes y Juan Antonio Álvarez de Arenales.

18.  CONCLUSIÓN

Los pueblos del antiguo partido de Ica, hoy Región Ica, participaron activamente, antes, durante y después del desembarco de la Expedición Libertadora del Perú, con acciones patrióticas de inteligencia, contribuyeron con una efectiva y gigantesca logística, y aportaron con hombres y armas; decididos a luchar y ofrendar sus vidas por la causa de la libertad e independencia. .

En la actualidad, las ciudades de Chincha, Pisco, Ica, Palpa y Nasca, con las autoridades y la sociedad civil organizada; deben proyectar y ejecutar una serie de actividades, durante los próximos meses y años, organizando y revalorando la Ceremonia de Formación y Partida de la Expedición de la Sierra del Ejército Libertador del Perú, en la Plaza de Armas de Pisco; con una gran escenificación de impacto nacional e internacional.   



BIBLIOGRAFÍA:

(1)CDIP, La expedición libertadora, tomo VIII, vol. 3°, p. 371

(2).- J. Hipólito Herrera – Album de Ayacucho
Fuente:
“Epopeya de la Libertad”
Reminiscencias Históricas de la Independencia del Perú
TOMO I
Setiembre a Diciembre de 1820
Págs. 48 al 95
Autor: Manuel C. Bonilla 
Lima 1921 

3) AQUÍ NACIÓ LA PATRIA…
Conferencia cívica pronunciada el 21 de octubre de 1933 desde la Casa Municipal levantada sobre el mismo sitio histórico en que el pueblo de Ica proclamó por primera vez en el país la Independencia Política de la Nación, por el Prof. Alberto Casavilca, Comisionado Escolar de la Provincia.
Concejo Provincial de Ica: Alcalde, Dr. José Picasso Peratta
Comisionado para la conmemoración Sr. Manuel A. Borrini
LIBRERÍA E IMPRENTA NIERI
1933

(I) Extraído de:
Paredes M., Jorge G. “San Martín, La Expedición Libertadora del Sur y la Independencia de los pueblos del Perú (1819 - 1821)”

Revista del instituto sanmartiniano
Mayo 1936  AÑO II  No. 3
Págs.. 54, 55, 56, 57…
Fragmentos de la Historia del Protectorado de San Martín en el Perú
Obra inédita del Sr. Dr. Germán Leguía y Martínez
PARTE VII
CAMPAÑA AL SUR DE LIMA

CAPÍTULO II

San Martín en Pisco



Mag. Juan Carlos Romaní Chacón
Municipalidad Provincial de Ica
Biblioteca Municipal "José de San Martín"

Ica, 16 de abril de 2020